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FAKE NEWS
2017

“Who are you? You're surprised to see me there where you don’t expect me, you're embarrassed, you're disturbed, maybe you’d prefer to send me back to the shadows where I came from... And engulfed in your embarrassment, you ask me: how I feel in this place... And I however, insist, who are you, if I’m that one?”

Fake News, Enrique Rottenberg’s latest work, places us in an art museum from some unknown place and time, populated with portraits of men who wear costumes and poses of distinguished lineages, from those –remote?– times in which “black” slavery existed. They remind us of the portraits exhibited in all the great European museums, where only white faces prevail.


Is it a parody? In any case – it’s a double parody, it’s the parody of the parody of History, and that double twist makes those who did not partake in its writing speak out for themselves.


A work of art in favor of a lesser history. This is how art gives back to society and to its numerous minorities the history of which they were dispossessed by the Great Universal History, revisiting those little stories lived in silence, covered in dust in the airless cellars of society. This work of art exposes history’s bastard sons, offspring of forbidden copulation, and presents them as pieces of art, beautiful and monstrous.
 

Making us remember the forgotten essence, they remind us of the present and remind us of the future.

“¿Quién eres? Te asombras de verme allí donde no me esperas, te desconciertas, te turbas, quizás prefieras devolverme a las sombras de donde he salido… Y en tu embarazo, preguntas: cómo me siento yo en este lugar… Y, sin embargo, insisto, ¿quién eres tú si yo soy ese?”


Fake News, la obra de Enrique Rottenberg, nos introduce en un insólito museo venido de algún tiempo y lugar desconocido, poblado de retratos de hombres que lucen vestuarios y poses de estirpes distinguidas, de aquellas - ¿lejanas? - épocas en las que existía la esclavitud “negra”. Nos recuerdan los retratos que exhiben los grandes museos europeos, en los que posan sólo rostros blancos.


¿Es una parodia? En todo caso - doble, es la parodia de la parodia de la Historia. Y ese doble movimiento hace que hablen por sí mismos aquellos que no hicieron parte de su escritura.


Una obra a favor de una historia menor. Es así es como el arte le devuelve a la sociedad y a sus numerosas minorías aquella historia de la que fueron desposeídas por la Gran Historia, le retornan la pequeña historia vivida en el silencio, en el polvo y la falta de aire de los subsuelos de la sociedad. El arte le hace hijos bastardos a la historia, engendros de una copulación prohibida y se los muestra en forma de obras, bellas y monstruosas.


A fuerza de recordar lo olvidado fundamental, nos recuerda el presente y nos recuerda el futuro.

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